Norman Fischer, Mar de Jade, diciembre 2006.
¡Buenos días a todos! Estaba notando esta mañana que cuando uno hace una reverencia, al ir hacia abajo el mundo se pone al revés y luego se da vuelta otra vez. ¿Lo notaron? ¿Lo habían notado antes? ¿Cómo hace el mundo? Flip flop, es muy místico.
Alguien el otro día me preguntó, y yo creo que no estaba muy contento conmigo cuando me preguntó esto, dijo: “¿Por qué estás hablando sobre Dios? ¿No está esto fuera de lo Zen? ¿No es el Budismo ateo?” Y de todas formas, ¿a qué es lo que todo el mundo se refiere cuando habla de Dios? ¿Qué significado tiene eso? Estas son buenas preguntas y cuando la gente me pregunta a que me refiero cuando hablo de Dios, usualmente les doy una respuesta cien por ciento precisa y completamente verdadera. Y realmente creo en esta respuesta, pero ellos piensan que es un tipo de truco o que estoy bromeando, pero estoy siendo completamente serio.
La palabra Dios, en inglés por lo menos, es una palabra de tres letras y eso es Dios; y en español, es una palabra de cuatro letras. Entonces es una palabra de tres o cuatro letras que la gente usualmente usa cuando habla sobre religión. Y realmente esto es lo más preciso y más importante sobre Dios para nosotros, en nuestro mundo humano. Es una palabra que usamos y tiene una historia, y múltiples asociaciones en diferentes culturas, en diferentes familias y demás. Algunos de nosotros nos sentimos muy bien con esta palabra porque tenemos asociaciones positivas y profundas sobre ella. Y a algunos de nosotros no nos gusta esta palabra, porque tenemos asociaciones y experiencias malas con ella. Tal vez aprendimos esta palabra escuchándola de personas que hablaban de Dios y usaban esta palabra, y nos sonaba dogmática o amenazadora o al menos no amigable. Entonces haríamos bien en darnos cuenta que realmente sólo estamos hablando de una palabra y las asociaciones que tenemos al respecto. Claro, que esto nos lleva a otra pregunta, que es: ¿A qué se refiere la gente cuando habla con esta palabra y que quieren decir con esto? La respuesta a esta pregunta es mucho más difícil y diría que la respuesta más honesta a esto es que nadie conoce a que se refiere esta palabra. Yo creo que esto es cierto, nadie sabe exactamente a lo que se refiere la palabra Dios. Las personas dan varias definiciones, tal vez la más común es que Dios es el Ser Supremo, pero saben, esto no tiene ningún sentido. A lo que nos referimos con Dios no puede ser un Ser Supremo, un ser entre muchos otros seres. Casi todas las maneras de usar la palabra de Dios contradicen esa definición. Dios no puede ser un ser como nosotros, simplemente más grande o más alto o algo así.
Las personas han escrito largas tesis sobre está pregunta por miles de años, así que no tiene caso entrar mucho en este tema. Yo sólo les quiero sugerir la posibilidad, que creo es muy probable, que a lo que han llegado todas estas tesis sobre Dios es que Dios no es nada. Esto es a lo que las teologías más profundas han llegado, la idea de que Dios no es nada. Que Dios esencialmente esta más allá de todo y que sin embargo, está a la vez en el corazón de todo. Entonces Dios está más allá de ti y de mí, y también está exactamente en el corazón de ti y de mí. Podríamos decir que Dios es una palabra que representa eso y como nos sentimos respecto a todo eso. Y aparentemente tenemos que hablar de todo eso y por ese motivo tenemos la palabra, pero ¿por qué tenemos que hablar de todo eso? Es tan escurridizo, no puedes probarlo, no puedes sentirlo, no puedes definirlo. ¿Por qué tenemos que hablar de todo eso? Porque sabemos que es nuestro destino como seres humanos llegar a no-ser a veces, en otras palabras, morir. Y sabemos que esto tampoco tiene sentido para nosotros y es imposible discutirlo, y sin embargo, no hay forma de vivir sin algún entendimiento al respecto. Entonces tenemos la palabra Dios y Dios es una palabra muy práctica para nosotros en realidad.
“¡Pero!” ella dijo, “el budismo no habla sobre Dios, el budismo no tiene Dios”. Y esto es enteramente cierto, toda la discusión sobre religión en el budismo no tiene nada equivalente a esta palabra de tres o cuatro letras, a menos que digas que Buda es Dios. Pero la mayoría de los budistas rápidamente señalan que no, Buda no es Dios. Pero no estoy tan seguro, sí y no, quiero decir que Buda es una persona pero a la vez no es una persona, como Jesús. Entonces Buda no es nada, como nosotros, porque en el medio de nosotros, de ti y de mí, nosotros tampoco somos nada. Y de hecho, esto es algo que puedes descubrir por ti mismo, posiblemente, en tu cojín de meditación. Puedes darte cuenta que en el centro de ti mismo no eres nada. Si tu mente se vuelve muy quieta, puedes darte cuenta de que realmente no hay nada ahí. Usualmente cuando te comienzas a dar cuenta de esto, inmediatamente te asustas. Entonces interpones algunos pensamientos y sentimientos para darte la sensación de que estás ahí y de que está bien, no es que no haya nada en el centro. Pero tal vez cuando te relajes un poco podrás desaparecerte en esa nada que de todos modos siempre está ahí. Y que también esta entre los pensamientos, realmente está en medio de cada pensamiento si los investigaras lo suficiente. Uno llega a reconocer que uno está más allá de todas las ideas que uno tiene sobre uno mismo, entonces no es tan claro que en el Budismo no haya algo equivalente a Dios dentro de él.
Cuando los chinos conocieron por vez primera sobre Budismo, no podían entenderlo y claro que no podían entenderlo, porque los sutras budistas estaban escritos en sánscrito y los chinos no entendían el sánscrito. Entonces se embarcaron en el gran proyecto de traducir del sánscrito al chino. ¿Y entonces que pasa cuando traduces? Tomas algo que no puede ser dicho en tu idioma y en tu sistema conceptual, y buscas palabras que ya existen en tu idioma y en tu sistema conceptual para que sean equivalentes de las palabras que no lo son. Entonces, de hecho, no hay tal cosa como la traducción y lo estamos demostrando ahora. En otras palabras, cada traducción no es realmente una traducción de algo, no estamos pasando algo de un idioma a otro, si no que estamos creando algo nuevo. Laura no está traduciendo mi plática, está dando una plática de Dharma en español, que esta más o menos basada en las palabras que yo estoy diciendo en inglés. Entonces pienso que realmente es así, cada traducción es una renovación, es una creación. Cuando los chinos tradujeron del sánscrito, realmente crearon un nuevo Budismo, un Budismo que no se había visto antes e incluso le dieron un nombre nuevo, le llamaron Chan. Y cuando los japoneses tradujeron del chino al japonés le dieron otro nombre, Zen. Tomando palabras y conceptos que no existían en su idioma y encontrando palabras que ya existían en su idioma como equivalentes, crearon de esta forma algo nuevo. Y es por eso que hablo de Dios.
¿Entienden? Porque Dios es una palabra que ya existe en nuestra lengua. Es una palabra que hemos tenido y usado durante muchos miles de años para hablar de religión. La usemos o no, esta en el fondo de todos los idiomas y religiones. Y siempre ha sido mi política el enfrentar lo que hay ahí y no ignorarlo. Muy directamente, la palabra “Dios” es muy importante para muchos de nosotros, la verdad creo que es una palabra importante para todos nosotros, aun para aquellos de nosotros que no nos gusta la palabra y pensamos que al convertirnos en budistas la podemos evitar. Pero temo decirles que no hay manera de evitar la palabra “Dios”. ¿No es ese el asunto con Dios?
La siguiente cosa que uno puede pensar si se tiene una mente aguda y crítica es: ¿Qué no al hacer una traducción del Budismo lo entendemos inherentemente mal? ¿Será que todos los que están oyendo sólo la traducción en español se están perdiendo el punto esencial de lo que se está diciendo? Bueno, tenemos que enfrentar la posibilidad de que tal vez así sea. Y esto lleva a otra pregunta, ¿de qué estoy hablando? Y si parece que estoy hablando de Budismo y Zen, ¿de qué habla el Budismo y el Zen? ¿Se está diciendo algo que debiéramos entender de la forma correcta y no entenderlo de la forma incorrecta? Si seguimos más o menos con el tema de hoy, que básicamente es “Dios es nada”, y tú y yo en el corazón de nosotros mismos tampoco somos algo, ¿porqué debiéramos pensar que el budismo y la enseñanza Budista son algo?
Esto puede parecer como malas noticias para ustedes, pero para mí son muy buenas noticias. En primer lugar, hace mi trabajo mucho más sencillo, y en segundo lugar, esto quiere decir que el Budismo está realmente vivo. No es una serie de ideas y doctrinas que podemos aprendernos correctamente o incorrectamente, está vivo, es una forma particular de estar vivos. Y la vida, como hablábamos la otra noche, no es un pedazo de pollo en un plato, no es algo que sólo está puesto ahí, está siempre transformándose, se renueva constantemente. Algo que siempre es nuevo quiere decir que muere, surge a la vida y muere. ¿Acaso no es eso lo que es el cambio después de todo? ¿No es la única manera en que algo puede renovarse? Y por eso fue algo bueno que los chinos tuvieran que entender el Budismo a su propia manera, y nosotros lo tenemos que entender a nuestra manera. Nuestra traducción del Budismo hace que literalmente esté vivo, y cuando el Budismo se traduce al español, vuelve a la vida otra vez en español. Y es un Budismo distinto en español del que lo es en inglés.
Entonces algunas personas son arqueólogos, y es una profesión muy valiosa, pero nosotros no somos arqueólogos y nuestro propósito no es entender con toda precisión lo que entendieron los chinos budistas del siglo ocho y de la manera que ellos lo entendieron. Nuestro propósito es traer nuestra propia vida a la vida, para poder transformarnos a nosotros mismos y por ende al mundo.
Como ustedes ya lo adivinaron, hay una muy buena historia Zen al respecto:
Un día Huang-po acudió a la asamblea, e hizo todas las cosas que yo estaba haciendo, las reverencias y eso. Y cuando hizo su postración el mundo hizo flip flop, como esta mañana. Y no era tan agradable como lo soy yo, yo trato de ser amable, porque no quiero que me odien. Pero a Huang-po no parecía importarle si lo odiaban o no. Y lo primero que les dijo a todos fue esto –ustedes son lamedores de desechos. Creo que tal vez cerca de la montaña de Huang-po había un lugar donde hacían vino. Entonces el vino destilado de arriba se separaba, dejando abajo el sedimento. Esta parte era considerada asquerosa y nadie quería beberla, en otras palabras, era el desecho de las aguas vivientes. Y creo que a eso se refería Huang-po cuando decía: “-ustedes son los que están lamiendo los desechos, no están bebiendo el vino viviente, están lamiendo los sedimentos del fondo.” Y luego les dijo “–si siguen así, ¿cuándo podrán ver el hoy?” Entonces lo que pienso que les está diciendo a sus alumnos es: están buscando una enseñanza fija, algo que puedas dominar y entender, y si sigues buscando eso, ¿cómo podrás estar vivo en tu vida? Y luego les dijo “¿qué no saben que en toda China no hay maestros de Zen?” Y luego un monje inocente pero con valor se hizo hacia adelante y le preguntó: “Pero, ¿qué hay de todas esas personas como usted que guían a los seguidores y dirigen grupos en varios lugares?” Y Huang-po contestó: “no digo que no haya Zen, sólo que no hay maestros”.
Entonces pienso que sería un gran error pensar que hay algo llamado Zen, y por ende otra enseñanza que no fuera Zen. Uno de mis maestros solía decir una y otra vez: “Zen significa la vida, una vida vivida en plenitud”. Lo cual significa enfrentarse a la vida y abrazar la vida, lo que quiere decir amar. Entonces realmente esto no es una enseñanza y no hay libreto para esto realmente. Y claro, como lo estamos demostrando aquí en esté retiro, podemos hacer un esfuerzo intencional y podemos hablar y estudiar sobre algo. Pero si nos aferramos a esas cosas que estudiamos, a esas enseñanzas y a esos esfuerzos, ¿qué pasa? De nuevo nos enganchamos con la aversión y el apego, como hablábamos ayer, y ahora estaremos enganchados con el Zen. Entonces nos metemos en el mismo lío otra vez, sólo que ahora tenemos un problema de clase más alta, un problema asiático y exótico.
Usamos cualquier cosa y todo lo que nos pueda ayudar, aprendemos como trabajar con nuestras emociones. Como discutíamos la noche de ayer, aprendemos como hacer zazen, aprendemos a hacer postraciones y cantos, o tal vez no. En otras palabras podemos hacer cosas, podemos vivir nuestra práctica, podemos ser nuestra práctica, cada uno de nosotros debemos ser nuestra práctica. Pero todas las enseñanzas y prácticas externas, tan sólo son herramientas para ayudarnos. Y es por eso que dice Huang-po: “No digo que no haya Zen, sólo digo que no hay maestros del Zen”. Porque realmente no hay enseñazas, entonces, ¿cómo puede haber maestros?
Aunque aquí en México la gente me llama “Maestro”, lo cual siento es extremadamente encantador y realmente lo disfruto, inclusive estoy considerando hacer que todos en casa me llamen “Maestro” (en español). Pero en realidad no estoy enseñando nada, entonces no es del todo correcto llamarme Maestro. Y tengan por seguro que en mi propia mente no pienso que sea un maestro y no creo tener alumnos, no me refiero a ellos como “mis estudiantes”. Lo que creo que estoy haciendo, es tratar de vivir la vida que se me ha dado y seguir mi destino hasta la última gota. Y me siento muy contento de poder hacerlo al lado de todos ustedes. Porque su esfuerzo realmente me alienta y toca mi corazón, me da mucha fe el practicar con ustedes y verlos a todos cambiando y creciendo. Y estoy feliz de poder hacer lo mejor que puedo lado a lado de ustedes. Pero sería una gran ilusión para todos nosotros el pensar que yo estoy enseñando. Entonces lo que Huang-po nos está diciendo, es que en el Zen no hay dogma. Que Buda es una palabra de seis letras y Zen es una palabra de tres letras. En otras palabras, todas las ideas y palabras del Zen son exactamente eso, palabras e ideas. Y no hay nada detrás de ellas, no se refieren a nada.
Entonces no puede haber dogma, no puede haber la verdad, no puede haber enseñanza. Pero de todas formas somos humanos y las palabras y los conceptos tienen una gran influencia sobre nosotros. Influyen en la manera en que pensamos, en la manera en que actuamos y vemos el mundo. Y tal vez si tenemos suerte podemos usar conceptos Zen y Budistas para deshacer los conceptos no exitosos con los que llegamos, de esa manera podemos cambiar nuestras vidas y podemos despertar en el mundo y tener más libertad.
Cuando hay dogma no puedes tener una mente crítica que cuestiona las cosas. Cuando tenemos una enseñanza dogmática nos tenemos que refrenar al sentir ciertas cosas y pensar ciertas cosas. Ahora, a mucha gente de hecho les gusta esto, les gusta la idea de no tener que pensar ciertas cosas y tener que sentir ciertas cosas. Tal vez consideramos que algunas de las cosas que pensamos y sentimos son malas, malvadas o seguramente dolorosas. Y preferiríamos no tener esas cosas, y si pudiéramos tener un dogma que cubriera todo eso, sería bueno. La verdad es que no es bueno, no es sano, y también al final no funciona, al final el dogma no nos ayudará. Para realmente ver a Dios o a Buda, tenemos que ir más allá del dogma, tenemos que salir a lo abierto, porque es el único lugar donde podemos ser libres y completos. Y la manera en que podemos quedarnos en lo abierto es permitiéndonos pensar, preguntar, cuestionar.
La otra cosa que es realmente perjudicial del dogma es que cuando te aferras a un dogma, no puedes hablar a nadie más. Porque ni siquiera puedes ver que están ahí, y esto aplica para uno mismo, no puedes verte a ti mismo. Porque todo el tiempo sólo ves éste dogma centellando frente de ti, como un gran muro que te aísla de todo y de todos. Y ese dogma puede ser un dogma religioso, lo cual es bueno porque podemos culpar a alguien más; pero también tenemos nuestros dogmas personales. Entonces hay que ser críticos, tenemos que tener una mente crítica y un pensamiento crítico porque esto nos mantiene abiertos. Y cuando estamos abiertos podemos conocernos los unos a los otros, podemos escucharnos los unos a los otros.
Ahora, como todo lo demás, el pensamiento y la mente crítica también tienen su problemática, ¡tal vez han notado esto! Si tu mente crítica critica y cuestiona todo, y no sabe lo que significa descansar, se vuelve imposible amar. ¿Cómo puedes amar algo si constantemente lo criticas? Si tu mente critica lo desgarra hasta que no queda nada. Y entonces esto es lo que pasa, por un lado la mente crítica es importante porque nos abre, pero también si no la usas de la manera correcta puede desbaratarlo todo. Es como una espada o un cuchillo, si los usas de la forma correcta puedes preparar comidas deliciosas, pero si los usas de la forma incorrecta te puedes lastimar. Entonces el amor siempre desafía al pensamiento crítico. Cuando el amor está presente, el pensamiento crítico en el momento se disuelve. Entonces tenemos que ser capaces de eso también. La mente crítica puede ser una especie de dogma, ¿verdad? Tenemos que aprender a como no estar enganchados por nuestra mente crítica.
Otro maestro Zen hizo un comentario sobre la historia de Huang-po de los lamedores de sedimento, dijo: “cuando enfrentas la situación no vez a Buda. Cuando capturas leones y tigres no hay tiempo para enseñanzas”.
Esta mañana divague un poco con pensamientos graciosos, tal vez un poco complicados e inútiles, y les pido disculpas. Y espero que no haya más confusión de la que ya tenían, o el haber adormecido a alguien. Aunque esta mañana parecía que nadie estaba dormido, usualmente hay algunos durmiendo. Pero por otro lado, me consuelo con la idea de que probablemente es bueno que estén confundidos. Y si alguien cabeceo ésta mañana, probablemente sea bueno. Se levantaron muy temprano y necesitan unos momentos de sueño. De hecho esto es una de las principales virtudes de mi plática de Dharma, ésta es la razón por la cual los retiros Zen tienen pláticas de Dharma programadas en el horario, porque da un pequeño descanso a la persistencia de la mente y a los varios dolores e incomodidades del cuerpo humano. Te da algo con que distraerte, o si es necesario, una pequeña siesta. De todas formas, las pláticas Zen no se supone que deban decirte algo, y ésta mañana probablemente hice un mejor trabajo de lo usual.
No venimos a retiros a escuchar pláticas, venimos a enfrentar la situación. Y la situación, es por su propia naturaleza siempre algo desconocido. Por eso el enfrentar el siguiente momento de nuestras vidas, si realmente apreciamos lo que eso es, siempre requiere de mucha fe, amor y valor. Y esto es lo que siempre hacemos en el retiro, simplificar la situación humana hasta llegar a sus bases, para ver lo que significa enfrentar cada momento. Capturar leones y tigres significa siempre estar listos para actuar con valor y precisión en medio de las tantas situaciones que nos presenta la vida. Y como el comentario dice, las enseñanzas no nos ayudan con esto. Tenemos que depender de cómo nos encontramos nosotros en ese momento, hay que tener esperanza de que cualquiera de las habilidades que tenemos o cualquier conocimiento que tengamos surjan en ese momento. Pero también, y probablemente más especialmente, tenemos que depender de ese profundo centro humano que se encuentra completamente vacío y no es nada, y por lo tanto el amor fluye hacia adentro, porque el amor se precipita hacia ese agujero.
Entonces si podemos actuar de está forma en nuestras vidas cuando se requiere de acción, es muy bueno. Y luego en el momento inmediato, seremos desafiados todo de nuevo. Y si no podemos actuar de esa manera en el medio de una situación humana, también eso es bueno. Porque entonces podemos aprender del dolor que esto nos causará. Por consiguiente, no sean lamedores de residuos.
Si lo que yo he dicho hoy tiene sentido para ustedes, excelente, y apenas acabe de hablar, que es dentro de aproximadamente un minuto, olvídenlo. Por otro lado, si no tuvo sentido para ustedes, no se preocupen y también olvídenlo.
Al caminar, al sentarse, al ponerse de pié, al nadar en el océano, al comer la comida, al ir al baño, al ver la luna llena en la noche, enfrenten la situación. Capturen leones y tigres.
Gracias.
Traducción: Mikael Lomelín Benchetrit, Xalapa, Veracruz.