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Sufrimiento y Fin del Sufrimiento

By: Norman Fischer, Zoketsu Norman Fischer | 11/21/1997
Location: Mountain Rain Zendo
In Topics:
Zoketsu sugiere que respetemos las formas de la práctica en retiro. Si no lo hacemos, no llegaríamos al fin del sufrimiento antes de morirse.
Sufrimiento y Fin del Sufrimiento

por Zoketsu Norman Fischer

Zazenkai, 21 de noviembre, 1997, retiro de la Karuna Meditation Society, Vancouver, B.C., Canadá

En Zen, las pláticas formales impartidas por los maestros se llaman “Taisho”, lo cual de hecho no significa plática del Dharma, significa “presentando un grito”. En Zen no estamos realmente muy preocupados acerca del Dharma y las enseñanzas, como lo estamos acerca de los casos que conciernen a nuestra propia experiencia y el observar las cosas en nuestras vidas tal como realmente son. Así que mi trabajo en una plática formal no será ofrecerte enseñanzas budistas, sino será mas bien el indicártelas.

Hay un Sutra del viejo canon Pali que a mí me gusta mucho y que se llama El Sutta de Malunkyaputta. Se trata acerca de un monje llamado Malunkyaputta, el cual estaba meditando un día, y en la mitad de la meditación se enojó realmente. Pues pensó, “Caray, el Buda nunca dijo nada acerca de quien hizo el mundo. Y el Buda nunca dijo nada acerca de si el mundo es eterno o no. Y el Buda nunca dijo nada acerca de que le sucede a los Budas después de la muerte. Y muchas otras cosas como estas de las cuales el Buda nunca dijo nada. Malunkyaputta exclamó, “Quiero saber acerca de esas cosas, y estoy realmente molesto de que el Buda no haya dicho nada acerca de ellas. Ahora, si el Buda no sabía nada acerca de ellas, eso es una cosa, podía haberlo admitido, y eso estaría bien. Pero tampoco dijo eso siquiera, por lo cual estoy realmente enojado, y no creo que pueda continuar con este período de meditación hasta que llegue al fondo de todo ello”.

Así que se levantó de su lugar de meditación y fue directamente hacia el Buda. Le dijo al Buda, “Nunca dijiste nada acerca de si el mundo era eterno o no. No has mencionado nada acerca de cómo el mundo fue creado. Nunca has dicho nada acerca de lo que le sucederá a los Budas después de su muerte, si es que mueren. Creo que si no sabes nada acerca de estas cosas deberías de ser lo suficientemente hombre como para decir que no lo sabes y entonces estaré contento. Pero si sí lo sabes, creo que no es correcto de tu parte el no decirlo, pues estoy realmente interesado. Y pienso que debes decírmelo, pues considero que es muy importante”. Esto le dijo Malunkyaputta al Buda, es lo que dice en el Sutra.

Bien, dijo el Buda, “Malunkyaputta, ¿alguna vez te prometí cuando viniste aquí que yo hablaría acerca de estas cosas?” Malunkyaputta contestó, “No, de hecho no lo hiciste”. El Buda le respondió, “Sabes, realmente no tiene nada que ver con si sé la respuesta a estas cosas, o no sé la respuesta a estas cosas. Imagínate a alguien que acaba de recibir un flechazo, y que yace ahí mortalmente herido, sintiendo que los últimos momentos de su vida se le escapan. Viene un cirujano a sacarle la flecha, él voltea a mirarlo débilmente y le dice: ‘Antes de extraerme la flecha, ¿me podrías decir a que clan pertenece la persona que la disparó? ¿Podrías averiguar esto por mí, por favor, antes de que saques la flecha, si la persona que me disparó era de estatura alta o baja? ¿Te importaría se investigas, antes de que extraigas la flecha, el color de la piel de esta persona, si era blanco, moreno o negro? ¿Cuál era la profesión de la persona que disparó esta flecha? Podrías decirme, por favor, ¿era un artesano o un médico o un académico? Y más aún, ¿qué clase de flecha es ésta en primer lugar? ¿Está hecha de la madera de un cerezo o de un roble o de un pino? ¿Y qué de las plumas al final de esta flecha? ¿Están hechas de plumas de ganso o de águila o de buitre? ¿Y qué de la punta de la flecha, cómo está hecha?'”

El Buda dijo, “Si la persona a la que le dispararon buscara las respuestas a todas estas preguntas, definitivamente, estaría muerta antes de encontrar las respuestas a estas preguntas. Entonces Malunkyaputta, no es que yo sepa las respuestas a estas preguntas y no te las quiera decir, o que no sepa las respuestas a estas preguntas. Es solamente que estoy completamente seguro de que especulando acerca de estas preguntas no ayuda en nada a vivir la vida que queremos a través de la práctica. Malunkyaputta, no me he quedado en silencio. Hay algo que sí te he dicho. He hablado del sufrimiento y de la causa del sufrimiento y del fin del sufrimiento y del camino. El sufrimiento y el fin del sufrimiento, eso es lo que es importante. Acerca de ello sí he hablado”.

Esta es la razón por la cual estamos aquí este fin de semana, porque estamos comprometidos con el sufrimiento y el fin del sufrimiento. Este es el punto fundamental del camino budista. No podemos evitar darnos cuenta, y nuestra practica de sentarnos lo hace aún más claro, que estamos en una condición que involucra sufrimiento y que continúa ese sufrimiento. La impermanencia es sufrimiento, no obtener lo que uno desea es sufrimiento, estar cerca de lo que uno no quiere es sufrimiento, ver a otros que experimentan dolor es sufrimiento. No hay manera de ser ser humano en este mundo sin encontrarse con el sufrimiento. Pero el sufrir no es suficiente. Hay una manera de terminar con el sufrimiento, y es por eso que estamos aquí. Es el propósito de este retiro de fin de semana.

¿Cuál es la causa del sufrimiento y cómo podemos sobreponernos al sufrimiento? Hay muchas explicaciones y muchas maneras de ver esto desde el punto de vista del entendimiento budista. Pero probablemente podemos decir que la causa principal del sufrimiento sea una relación poco sabia con nuestro Yo, con nuestro Yo más profundo. Algunas personas piensan que el Buda enseñó que no existía el Yo, pero realmente creo que el Buda no enseñó que no hubiera un Yo o que sí lo hubiera. Era una de esas preguntas que él pensaba eran inútiles, y en las que podríamos pasar mucho tiempo, y desperdiciar en ello momentos invaluables de nuestra práctica. Creo que el Buda estaba únicamente preocupado de que viéramos que no es una cuestión acerca de lo que es el Yo, o si existe o no un Yo. Es más bien una pregunta de cómo nos relacionamos con nuestro Yo, de cómo nos paramos en relación con nuestro Yo.

Nuestro hábito profundamente arraigado, nuestra natural tendencia humana, es el de definirnos a nosotros mismos, casi reflexivamente, casi antes de pensar cualquier pensamiento, de una manera estrecha y limitada; y después de eso defendernos, y apegarnos, y apartamos y escapar de cualquier cosa que parezca atacar este Yo que hemos construido. De hecho, si realmente observamos nuestra experiencia, sabemos que el Yo es un punto de encuentro tras otro. Encontramos algo, y se va, y encontramos algo otra vez. Así que nuestra vida, de verdad, si la vivimos íntimamente, está hecha de encuentro – encuentro – encuentro, calidez – calidez – calidez, amor – amor – amor, momento a momento. Ese momento de encontrarnos con nuestra experiencia, sin nada que se atraviese en el medio. Pero no lo vemos de esta manera. Ponemos cosas, e ideas, y nociones entre nosotros y nuestra experiencia, y esto nos remueve, nos separa o nos estrecha a cada minuto. Por esta razón muchas cosas parecen amenazadoras, y muchas otras parecen difíciles, y sufrimos, y vemos un mundo en el cual otros sufren también. Ser verdaderamente íntimos con nuestra experiencia, cualquiera que ésta sea, esa es nuestra labor en la práctica del Zen, y definitivamente la labor para estos pocos días por venir.

Una vez un monje le preguntó al Maestro Tozan, “¿Qué es Buda?” El Maestro Tozan contestó, “Tres libras de lino”. Al decir esto, el Maestro Tozan no estaba hablando de lino, no estaba hablando del Buda, estaba hablando acerca de la intimidad. Estaba hablando de estar presentes sin nada entre nosotros y nuestra experiencia. Si uno puede penetrar dentro de estas palabras del Maestro Tozan, sin proyectar ideas de iluminación o ideas acerca del Buda, sino solamente entrando completamente en las palabras, uno puede ver más allá del sufrimiento. Si sólo podemos estar con un solo sonido, una sola sensación del cuerpo, inclusive con un solo pensamiento, o una sola respiración, podemos estar en intimidad con nuestra experiencia y entender que aquello que interponemos en el centro mismo de nuestras vidas, lo cual nos distancia de nuestro Yo real y nos separa a unos de otros, es solamente algo añadido desde el exterior.

La mayoría de ustedes, pienso, son manos experimentadas en retiros y sesshins así que puedo no decir mucho acerca de esto, sólo recordarles que todas nuestra rutinas, nuestras formas, nuestras pequeñas reglas, son todas ellas con el fin de crear un contenedor para la intensidad de nuestra experiencia. Usualmente, nuestra experiencia es experiencia sumamente distraída – muchas maneras de no prestar atención. Pero aquí creamos un ambiente muy intenso a través de la cooperación de todos nosotros con estas reglas, de tal manera que cada uno de nosotros pueda tener una experiencia muy intensa, y la posibilidad de realmente llegar a intimar con nuestro Yo. Así que los conmino a todos ustedes a que honren exactamente el espíritu que Liona subrayó en un principio: guardar silencio, no hacer contacto visual con el otro, tratar de seguir las formas lo mejor que puedan, haciendo una reverencia ante el cojín, la forma del kinhin, etc. etc. Todos estos elementos son vehículos para crear espacios más intensos en los cuales experimentarnos a nosotros mismos de maneras diferentes. Con la esperanza de que no nos agarremos a ello con un sentido de rigidez o de cerrazón a las normas, pero con alguna comprensión de su propósito, y con algo de buen espíritu y calidez por los demás. Creo que así podemos guardar estas reglas y formas.

En la práctica de sentarse, quisiera enfatizar el prestar atención a la respiración, porque pienso que es bueno para nosotros. Pienso que estamos muy dados a tener muchos pensamientos. La gente de Occidente, creo, o la gente moderna (todo mundo es oriundo de Occidente – Este/Oeste, hoy en día, ¿cuál es la diferencia?) está llena de información y de pensamientos, acerca de nosotros mismos, acerca de nuestro mundo. Somos realmente buenos, podemos figurarnos muchas cosas. El antídoto para esto, el cual puede servir para poner distancia, es: sólo quedarte con la respiración. Siguiendo la respiración en el abdomen, estando conscientes de cada respiración mientras uno va inhalando (“esto es inhalar”), estando conscientes de cada respiración mientras uno va exhalando (“esto es exhalar”). Tratando de la mejor manera posible de sentarse erguido, y sentarse erguido significa: estirar tu columna vertebral, de tal forma que la espalda baja haga un pequeño arco; el pecho está levantado; la parte alta de la cabeza apunta hacia el techo, la barbilla ligeramente metida hacia adentro; los hombros echados hacia atrás. La parte alta del cuerpo esta abierta, lo cual permite respirar más libremente, y hacer de la respiración algo mas vívido. Prestando atención a la postura, prestando atención al mudra: las puntas de los pulgares apenas tocándose; sosteniendo el mudra, si es del todo posible, contra el abdomen; los brazos formando un arco y las palmas de las manos haciendo un óvalo.

Prestando atención a la postura, y a cada respiración, adentro y afuera, y utilizando estas cosas para anclar nuestra atención, para que si alguna otra cosa que la respiración o la postura deba de surgir uno lo pueda notar claramente. En otras palabras, no estamos tratando de eliminar otros fenómenos. Si hay un pensamiento en nuestra mente o un sonido o una sensación en nuestro cuerpo, uno lo comprende claramente. Si lo encuentras útil, puedes notar o etiquetar lo que aparece, por ejemplo, “pensando en el futuro”, “preocupado por el dinero”, cualquier cosa que surja. No importa tanto cual sea la etiqueta que le pongas, pero puede ayudarte, o no. Puedes tratar, etiquetando el pensamiento. Tan pronto como lo hagas, sin embargo, no especular o seguirlo, sino como medio de reconocimiento: “Sí, hay un pensamiento acerca del futuro; hay temor; hay algo desagradable en la mente”, lo que sea que aparezca. Después regresando a la respiración y a la postura. Lo mismo si tenemos una sensación física en el cuerpo, de incomodidad o de dolor, notando: “Sí, esta es una sensación dolorosa en la rodilla (o en la espalda)” y después regresando a la respiración y a la postura. Algunas veces una sensación física se vuelve persistente. Puedes notarla persistentemente, pero después continúa regresando a la respiración, no permitas que se te escape la respiración.

Encontrarás, desde luego, que mientras te sientas, se te olvidará la respiración y serás arrastrado por un tren de pensamiento o algo parecido. Cuando notes esto, sólo regresa, de cualquier modo, a la respiración. No hay por que sentirse culpable al respecto, ni nada por el estilo. De hecho, el zazen incluye todo esto: incluye el tiempo en el que estás prestando atención a la respiración, y el tiempo en el que no le estás prestando atención a la respiración. Sin embargo, también incluye la intención de siempre prestar atención a la respiración.

Es así como practicamos en nuestro retiro de fin de semana, y es muy importante que tengamos la seria intención de hacer un esfuerzo en este sentido, muy importante, aunque sea contraproducente el tener planes de llegar a algún lado con todo esto. Si no estás tan seguro de que tienes la intención de hacer esa clase de esfuerzo, yo te diría: piensa en ello esta tarde, y busca la intención, aún si tienes que excavar bastante profundo para encontrarla. Pero sí encuéntrala. Porque de otra manera, sería una especie de desperdicio de un bello fin de semana. Hay muchas cosas para hacer, ¿porqué entonces quedarse por aquí? Esta es una habitación muy agradable, tiene nubes y todo, pero aún así no es un cuarto tan bonito. Es verdaderamente importante, creo yo, encontrar esa intención, que lo hagas, porque es muy bueno practicar zazen. Es muy bueno hacer el esfuerzo de estar presente, íntimamente, con tu experiencia, y de hecho estar en el presente. Si esto pudiera llegar a ser el caso, esta habitación sería todo lo que uno necesitara para toda la vida, de verdad. Es cierto, si uno sólo pudiera lograr una intimidad con su propia experiencia, y poner atención. Por otro lado, si uno no hace el esfuerzo, entonces, como digo, hay muchos lugares más hermosos para estar.

Reflexiónalo esta noche, y si estás un poco indeciso, y no estás seguro, entonces por favor recuerda: pronto estaré muerto. Es verdad, la muerte llega muy rápido, y quizá muchos de ustedes en este cuarto tengan amigos, seres queridos, que están enfrentando a la muerte en estos momentos, o que han muerto. Piensen en ellos. Recuerden que realmente es importante y encuentren esa intención, tráiganla aquí mañana en la mañana, y siéntense con ella durante dos días.

Una vez un monje le preguntó al Maestro Zen Zhaozhou, “Acabo de llegar al templo. ¿Cómo he de practicar?” Y Zhaozhou le contestó, “¿Ya desayunaste?” El monje replicó, “Si, ya lo he hecho”. Zhaozhou dijo, “Entonces por favor lava tus platos”.

Esta es una maravillosa enseñanza de Zhaozhou, y me recuerda lo que estoy tratando de decirles ahora. Ya hemos tomado nuestro desayuno. Cualesquiera que sean tus metas espirituales, cualquier cosa que quieras obtener de tu práctica, volverte más tranquilo, o inteligente, o dejar ir esto o aquello que esté ocurriendo en tu vida y que quisieras que no estuviera, o conseguir esto o aquello que no esté en tu vida y que quisieras obtener, eso realmente está. Realmente ya está dentro de ti. Verdaderamente no hay nada que necesites adquirir, ni nada de lo cual necesites deshacerte. Solamente lava tus platos. Sólo pasa al siguiente momento. Sólo ponte íntimo con lo que esta sucediendo ahora, y déjalo ir, y sorpréndete con aquello que ocurrirá… ahora.

Real y verdaderamente, el camino mas seguro de miseria y frustración es hacer planes acerca de cómo va a ser, y acerca de lo que estás buscando. Abandona toda esperanza, como se dice a la entrada del Infierno de Dante, abandona toda esperanza y únicamente resuelve prestar atención a cada una y a todas las respiraciones, por este fin de semana, y cuando lo olvides, recuérdalo otra vez. Trátalo otra vez, y hazlo una y otra vez. Con ese espíritu, tendrás la garantía suficiente de que encontrarás lo que necesitas encontrar en este fin de semana.

Es un retiro no-residencial lo que significa que esta tarde y la tarde del sábado nos iremos a nuestros hogares y nos uniremos al mundo cotidiano y regular, y quizá algunos de nosotros tendremos que tomar o involucrarnos en alguna actividad. Si es posible, mantengan la quietud y hagan lo menos que puedan de aquello. Aún si tienen que estar en actividad, si lo pueden hacer de una manera discreta, está bien, para que sientan que el fin de semana es continuo, y no que hagamos una interrupción a las 5 de la tarde y empecemos otra vez a la mañana siguiente.

Creo que una de las cosas que resultan obvias cuando logras dejar ir todas tus confusiones y nociones y realmente encuentras el camino para sólo estar presente con tu vida tal y como es, y experimentas tu vida cómo momento tras momento de cálido encuentro – encuentro – encuentro, es que se vuelve bastante obvio que nada esta separado de tu vida. Realmente no puedes llevar a cabo esta práctica para tu propio beneficio. Esto se vuelve obvio. No es como un momento de altruismo o algo así. Se torna en un hecho evidente de que eres sólo conexión. De hecho eso eres y nada más. Practicar el Camino, y ver la mente y el corazón de la manera en que te estoy urgiendo a que lo hagas, es para ver como es que tú y tu mundo son creados mutuamente, y como estos son uno y el mismo. Cuando tienes el ojo de la práctica tienes el ojo del amor y puedes estar con otros de una manera nueva, una manera que no incluya la manipulación para obtener una posición mejor o el miedo que incita a salir despavorido. Verdaderamente, siempre siento cuando acudo a un retiro como éste, si hay cincuenta personas en la habitación es como si hubiera 2050 o 20050, porque cada persona toca las vidas de muchas otras personas. Si puedes realizar el Camino en tu cojín, el beneficio será muy amplio, no sólo en tu vida. Esto es realmente cierto, especialmente para los más cercanos a ti, pero también de formas misteriosas que no podemos exactamente calcular.

Traducido por Susana Ruiz (Xalapa, México) susiruiz@hotmail.com